Más de medio billón de beneficios
Entre el dinero que percibe por el IRPF, los beneficios propios de un paraíso fiscal con las ventajas en ciertos impuestos, la suma que obtiene por los conciertos educativos, la financiación de los capellanes del ejército, las prisiones, los hospitales, los profesores de religión o el mantenimiento del patrimonio histórico y artístico, la Iglesia recibe cada año del Estado más de medio billón de pesetas. Además, muchas congregaciones, fundaciones e institutos se han transformado en ONGs y han copado gran parte de las ayudas destinadas a la «solidaridad» y al desarrollo.
Ventajas que discriminan al resto de cultos y con las que, según algunos miembros del Gobierno, hay que acabar poco a poco de forma «razonable». La solución no está, según el Ejecutivo, en extender a todas las confesiones el régimen de la Iglesia. Es decir, que no fomentarán ni sostendrán económicamente al resto de cultos, pero sí avanzarán hacia la cooperación en proyectos sociales, educativos, culturales y de integración con las confesiones con las que el Estado tiene convenios en España: la musulmana, la judía y la evangelista.
Estas medidas no suponen, según el Gobierno y el PSOE, «anticlericalismo», sino «aconfesionalidad». El Ejecutivo pretende tratar este asunto con cuidado para no alentar enfrentamientos, pero ya ha dejado claro que aplicará los principios que rigen en la Constitución, según la cual en España «ninguna confesión tendrá carácter estatal».
Lunes, 25 de Octubre de 2004
Diario de León
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